ROA VIAL, ARMANDO
Armando Roa Vial
(Santiago, Chile, 1966) es poeta, ensayista, antologador, narrador y traductor. Su obra poética completa 1998-2008, en versión definitiva, ha sido recogida en el libro Ejercicios de Filiación (2010, Editorial Universitaria), al que se suma en 2012 Shakesperean Blues (Uqbar editores). Ha obtenido el Premio Pablo Neruda, 2002, y el Premio de la Crítica en Poesía, 2001.
En este libro publicado el 2023, el autor ronda entre disgresiones y referencias a pensadores, literatos, filòsofos y mùsicos que han hecho aportes al pensamiento anarquista. Roa Vial nos cuenta:
"Se puede ser un anarquista por omisión. Cuando la distancia hacia los credos ideológicos tradicionales se hace insalvable pero aún se conserva una esperanza lo suficientemente plástica, no cínica, en la fragua de la experiencia mancomunada como rito de paso en la configuración de la persona y su destino individual. Y digo anarquista, aunque también podría extender su fisonomía a la del anarca, acuñada por Ernst Jünger a través de su personaje Manuel Venator, por más que Jünger insista en distinguirlos con argumentos discutibles que en ocasiones, incluso, rayan la trajinada caricatura del anarquista como apóstol de la violencia. Entre el optimismo escrupuloso (tomo la expresión de Roger Scruton) y el pesimismo luminoso, el anarquismo ondea en un paisaje variopinto y hasta caleidoscópico: están los anarquistas clásicos, de estampa anarcocomunista, como Bakunin y el príncipe Kropotkin; están asimismo los anarquistas cristianos de la escuela de León Tolstoi o Jacques Ellul; los anarquistas individualistas en la línea de Thoreau o del heterodoxo Max Stirnes. Si hurgamos más encontramos anarquistas conservadores, como Orwell y Borges e incluso anarcocapitalistas. Hasta en la filosofía de la ciencia hay quienes sostienen un anarquismo epistémico, como Paul Feyerabend. El anarquista genuino descree del institucionalismo de la autoridad, de la parafernalia burocrática del poder, no de la autoridad en sí misma; por eso es un hombre más de principios que de reglas, más de convicciones que de imposiciones: la legalidad para él sólo es plenamente legal al estar también investida de legitimidad."