WEIL, SIMONE
Incluso en las escuelas ya no se sabe estimular de otra manera el pensamiento de los niños si no es invitándolos a tomar partido a favor o en contra de algo. Se cita la frase de un gran autor y se les dice: ¿¿Están de acuerdo o no? Desarrollen sus argumentos¿. Los desgraciados; en el examen; deben terminar su exposición al cabo de tres horas; pero no pueden dedicar más de cinco minutos a preguntarse si están de acuerdo. Cuánto más fácil sería decirles: ¿Mediten sobre este texto y expresen las reflexiones que les lleguen al espíritu¿. Casi por todas partes; e incluso a veces por problemas puramente técnicos; la operación de tomar partido; de tomar posición a favor o en contra; ha sustituido a la obligación de pensar. Es una lepra que ha tenido origen en los ambientes políticos y se ha extendido; a través de todo el país; casi a la totalidad del pensamiento. Es dudoso que se pueda remediar esta lepra que nos mata si no se comienza por suprimir los partidos políticos.