SAN JUAN DE LA CRUZ
Una cárcel denigrante fue la que ayudó a dar cuerpo, en 1578, al llamado Cántico espiritual. Ahí
permaneció encerrado y torturado San Juan de la Cruz por querer reformar la Orden de los Carmelitas, y
fue gracias a su carcelero que consiguió papel y tinta para escribir las primeras estrofas del Cántico. A
través de una relectura apasionante, Lola Josa nos brinda la edición definitiva de la obra cumbre de la
mística castellana. La especialista en la obra de San Juan ha fijado por fin el texto del poema a partir del
borrador que el propio místico revisó. Gracias a esta edición histórica, podemos interpretar de una
manera totalmente distinta de como veníamos haciéndolo hasta ahora uno de nuestros clásicos más
queridos y malditos.