GREENE, GRAHAM
¿Por qué celebramos la reedición de los cuentos de Graham Greene? Porque considerándonos asiduos lectores de cuentos creemos que en un top ten mundial al menos tres de sus relatos deberían estar, antes o después de alguno de Borges. En cierto sentido sus cuentos son objetos más exquisitos que los borgeanos, por el simple hecho de que parecen escritos de una sentada y porque a cada línea no hacen pensar en el virtuosismo del ejecutante verbal que dicta las palabras. Pero en un sentido los preferimos porque Greene se parece más a nosotros: ama la aventura y su retroalimentación literaria que no proviene de los libros que ha leído, sino de lo que ha visto y oído o imaginado ver y oír.
En cuanto a la selección, lo que me guio fue la arbitrariedad del gusto personal, pero con la certeza de que un solo cuento es capaz de contener a todo Greene: sus obsesiones que se parecen tanto a las nuestras, sus preferencias que se parecen tanto a las nuestras, su modo de hacer sobrevolar la mirada sobre los acontecimientos sin tomar partido que se parecen tanto al modo que hacemos que sobrevuela nuestra mirada. Con la diferencia de que nosotros somos incapaces de escribir cuentos como los suyos. Por otra parte: ¿para qué lo haríamos, si ya están escritos? Festejemos, entonces, brindemos y gocemos. Y leamos.