OE, KENZABURO
El grito silencioso, una extraordinaria novela de Kenzaburo Oé, supuso un paso esencial en la consolidación de su singular mundo narrativo. La historia de dos hermanos, Mitsusaburo «Mitsu» y Takashi «Taka», a la búsqueda de descifrar los complejos signos de un destino que anuda lo intransferiblemente personal a las determinaciones de la tradición y del linaje, arrastra al lector hacia un vértigo alucinado de acción y reflexión, que alcanza un movimiento espiral. Los hermanos viajan a la isla de Shikoku, tierra de sus orígenes, persiguiendo las trazas de un antepasado que cien años antes justo cuando Japón emprendía su intempestiva modernización había capitaneado una revuelta campesina; Taka, que se identifica con él, para emular su coraje lleva a los muchachos del equipo de fútbol que dirige a rebelarse contra «el emperador del supermercado». En esa cínica degradación del ideal por la que un hombre apuesta su vida y la de sus prójimos se esconde una de las claves de esta historia terrible. Las otras pueden hallarse en el ojo ciego de Mitsu, que ve lo que los otros son incapaces de apreciar; en la decadencia a la que se abandona su esposa tras el nacimiento de su hijo retrasado; en la violencia sorda y constante que atraviesa toda la narración, aun en sus momentos hilarantes, como un auténtico «grito silencioso».
Verdaderamente prodigioso en su capacidad de anudar mito e historia, alucinación y lucidez, irritación y ternura, anécdota y parábola, para señalar en un gesto casi desinteresado la enorme profundidad del pozo de locura que se abre bajo las existencias aparentemente «normales», Oé ha sido comparado por esta novela con Céline y Genet y, por supuesto, con Dostoievski. Todo ello por la visión en absoluto autocomplaciente que este japonés tiene de la historia y de la realidad de su país. Como afirma René de Ceccatty, el prestigioso traductor de Oé al francés: «En este libro Kenzaburo Oé alcanza la plenitud de su talento.»