DE CERTEAU, MICHEL
Valiéndose de una familiaridad poco común con los escritos de teología y de espiritualidad, De Certeau atraviesa distintos registros: ocupan la escena ya sea un personaje central (René d'Argenson, intendente del rey, o Carlos Borromeo, reformador tridentino de Roma en Milán), ya sea un momento decisivo para una institución (la Compañía de Jesús bajo el generalato de Aquaviva) o un texto fundador (los Ejercicios espirituales de san Ignacio). En algunos ensayos, con el análisis de cartas y relatos en los que resuena el eco apasionado de debates místicos, el historiador saca a la luz las prácticas de círculos devotos deseosos de reformar la Iglesia. En otros, su mirada se dirige hacia una antropología naciente (con Montaigne, que juzgaba a los caníbales del Brasil como súbditos del rey; con Lafitau, que inscribiría las costumbres de los amerindios en la larga historia de la humanidad). A todos les otorga vida y significado buscando el lugar del otro en la alteridad de Dios, en el conflicto provocado por las diferencias entre creyentes, en el reencuentro con otras sociedades.