PADILLA, PABLO
Vivíamos frente al mar porque allí terminaba la ciudad y comenzaba otra cosa, dice el narrador de esta novela, quien se refugia en un bloque de departamentos junto a dos hombres y una mujer, con los libros y casetes desparramados por el suelo, con las armas escondidas bajo los colchones y los explosivos impregnando el aire con su olor a nitrato de amonio.
Los tres meses encerrados constituyen el núcleo de esta historia; el resto, son las esquirlas: su pasado como carabinero raso reprimiendo a los universitarios, el entierro de un compañero cuando ya milita en la izquierda y los atentados contra unos almacenes perpetrados en democracia, sin saber si lo anima la ideología, el rencor, la nostalgia o todo eso junto.
La gente preparada para la guerra se quedó sin frente, sin pólvora y sin libreto, se lee en esta narración opresiva y al mismo tiempo extrañamente abierta, donde Pablo Padilla reescribe el origen y el devenir de una célula su accionar microscópico y su aliento utópico, para plantear esas preguntas que acicatean la mejor ficción contemporánea: ¿qué hacer con los recuerdos?, ¿puede trazarse un límite entre los cuerpos físicos, siempre en riesgo y a la intemperie, y los males del cuerpo social?, ¿cómo contar la Historia?
En Gente encerrada, Pablo Padilla ha tejido un entramado sutil y esclarecedor acerca de los movimientos de resistencia a la dictadura de Pinochet. Su distancia y densidad, sin embargo, la convierten en una novela lanzada hacia el futuro.