AA.VV
La lectura es frecuentemente percibida desde un punto de vista instrumental. Se considera un medio muy eficaz para la alfabetización, adquirir conocimiento de una determinada materia o conseguir un nivel de comprensión lectora suficiente para decodificar un texto de forma efectiva y crítica. Esta concepción conduce a una falta de interés por parte de la sociedad para realizar este ejercicio y, sobre todo, limita el amplio abanico de posibilidades que ofrece. Pocas veces nos detenemos a pensar que leer, lejos de ser un ejercicio pasivo, es un acto performativo tomando las ideas de Austin acerca de la capacidad creadora de la enunciación que tiene un impacto fundamental en la identidad del sujeto que lo ejerce. Leer es conocerse a través del otro, explorar los diferentes yoes que cohabitan en nuestro interior, abrirnos al mundo, soñar, creer, crear, comprender, y, por lo tanto, transformar(nos), modificando la propia concepción de quienes somos y, como consecuencia, la forma en que nos vinculamos al mundo y a las personas que lo pueblan. Baste apuntar que, aunque la Historia de la Lectura ya ha sido abordada por la crítica, todavía queda un largo trabajo que hacer focalizando en sus consecuencias. Por lo tanto, se presenta esta monografía para realizar una investigación exhaustiva acerca de la lectura como un ejercicio performativo, focalizando está en tres bloques bien delimitados: importancia de la lectura en el aula, representaciones artísticas sobre la influencia de la lectura en la identidad y las consecuencias de la lectura en el espacio público.