DUSSEL, ENRIQUE
Toma el dinero como la inversión de Cristo, como el anticristo. Mientras Cristo era figura divina y se alienó asumiendo la figura de siervo, el dinero (en movimiento contrario), siendo figura de siervo, se transforma en dios (el fetiche).
Cristo se humilló, bajó; el dinero sube, se diviniza. Se trata de una inversión. Esta manera metafórica de usar temas bíblicos y teológicos, por parte de Marx, obliga a una precisa lectura oblicua. Sólo una lectura atenta, abierta, que descubra la lógica del discurso filosófico económico de Marx podía imaginar esta hipótesis interpretativa.