NÉMIROVSKY, IRÈNE
Publicada por entregas bajo el epígrafe «Obra inédita de una mujer joven» para eludir la prohibición de trabajar que el gobierno de Vichy imponía a los judíos, esta novela se editaría en 1947, cinco años después del asesinato de su autora en Auschwitz. La profunda discordancia entre la indiferente placidez de la vida burguesa y el dramático devenir de los acontecimientos -que sería el leitmotiv de su siguiente y última obra, la excepcional Suite francesa-, es el hilo conductor del que Némirovsky se sirve para narrar las vicisitudes de una familia burguesa del norte de Francia sobre el trasfondo de un período especialmente convulso de la historia europea que culmina con el desmoronamiento del orden social que siguió a la ocupación alemana. Hijo de los propietarios de una importante fábrica de papel desde hace generaciones, el joven Pierre Hardelot contraviene los deseos de sus padres renunciando a su compromiso de boda con Simone, la rica heredera que han escogido para él. Para mayor escarnio, Pierre se ha enamorado de Agnès, que no tiene dote y pertenece a una familia de la pequeña burguesía de reciente arraigo en el pueblo. Así, por medio de la rebelde actitud de Pierre y la decadencia de los Hardelot, Némirovsky ha escrito una persuasiva historia de amor, dulce y amarga por igual, en la que acompaña a los personajes con una mirada inclemente, aunque siempre teñida de afecto y comprensión. La crítica ha dicho...
«Otra gran historia surgida de la sabia pluma de Irène Némirovsky. Para los amantes de la legendaria Suite francesa, [...] será una hermosa sorpresa.»
Tuttolibri, La Stampa «Cada uno de los treinta capítulos podría ser un relato, pero cada uno conduce de forma inexorable al siguiente. Una novela llena de inteligencia y sensibilidad.»
The Scotsman «Una extraordinaria predecesora de Suite francesa [...]. Némirovsky es única en su descripción de la población que, enfrentada al advenimiento de un cataclismo y a los horrores de la guerra, se niega a creerlo y se aferra a las comodidades cotidianas.»
A.S. Byatt, The Guardian