BUITRAGO, JAIRO
Cuando llegaron, los cuervos estaban tomando un baño con agua caliente.
- ¿Agua caliente? - le dijo enojado el granjero a su esposa-, a mí nunca me toca agua caliente para bañarme.
- Eloos son príncipes y además a ti no te importa, tú te bañas una vez al mes - respondió ella.
A María Josefa todo le parecía divertido.
Se acercó a la bañera a ver a los cuervos de cerca y los encontró muy normales. Eran unos cuervos comunes y corrientes: inteligentes, limpios, charlatanes y simpáticos. Pero no cabía duda, no eran ningunos príncipes.