UN KYUNG, KIM (ED.)
Nacidas entre 1947 y 1981, las diez narradoras seleccionadas en esta antología representan la recuperación de la voz de las mujeres en la literatura coreana. Ocultas durante siglos por una tradición que reducía su expresión al ámbito familiar, rescatan el movimiento de resistencia de las escritoras coreanas iniciado en la primera mitad del pasado siglo por las escritoras Kim Namjo (1927) y Park Wansuh (19312011). Si bien es cierto que con la institucionalización del alfabeto coreano, el hangul, en el siglo XV, a la mujer le resultó más accesible la expresión literaria, vencida la dificultad del uso selecto de los caracteres chinos, el resultado de su escritura no alcanzó la visibilidad que su creatividad exigía. El riguroso orden de la sociedad confuciana así lo imponía. Una excepción fueron las poetas kisaeng (una suerte de geishas), toleradas para dar a conocer sus poemas de amor. A pesar de estas circunstancias tan opresivas algunas intentaron expresar sus sentimientos de frustración y de resentimiento por la vida matrimonial. Huo Nansulhyon (s. XVI) fue un ejemplo de las primeras escritoras coreanas. Entre sus quejas, la primera fue: haber nacido mujer. Los enormes cambios experimentados por la sociedad coreana después de la II Guerra Mundial, sobre todo en Corea del Sur, condujo a la mujer a una participación mayor, gracias a su presencia activa en la industrialización de las zonas urbanas y a su acceso a los estudios superiores. Los relatos aquí reunidos exploran, desde distintos ángulos, algunas de las preocupaciones mayores de la conciencia femenina. Desde el papel de la mujer en el ámbito de la familia; las difíciles relaciones con sus mayores, sobre todo la figura paterna, todavía imbuidos de la tradición conservadora; las contradictorias situaciones laborales y sociales; la experiencia de la mujer sujeta a las relaciones de dominación en el matrimonio; la nueva posición de la mujer en un país que ha evolucionado desde regímenes autoritarios a una sociedad democrática, hasta la recuperación de su sexualidad. Con la eficacia de una escritura que va desde el relato lineal a ciertas experimentaciones formales, desde una crudeza descarnada hasta el humor y la ironía, el testimonio de estas diez narradoras ofrece al lector un rico panorama de la presencia de la mujer en la moderna sociedad coreana contemporánea.