CHIHUAILAF, ELICURA
Si a comienzos de la transición política a la democracia un historiador de la escuela conservadora pudo calificar como «inexistentes» a los mapuche y como «ficticio» al conflicto que ellos mantienen con el Estado, se debía, entre otras cosas, a que el gran muro levantado por la elite republicana ante la historia y la cultura mapuche aún permanecía firme y de pie en la cultura chilena.
En ese contexto, la publicación de Recado confidencial a los chilenos estableció un hito literario y ético-político de honda raíz y de incuestionable potencia. Su autor, un poeta azul, un oralitor mapuche, acometía la lúcida tarea de hablarles a los chilenos de carne y hueso especialmente a los niños, a los hombres y a las mujeres que han sido también excluidos de la historia oficial sobre la tradición, sobre el concepto de dualidad presente en toda la cosmovisión mapuche, y sobre el de dignidad, presente en las luchas de su pueblo.
Tras su publicación en 1999, Recado confidencial a los chilenos generó un enorme impacto a nivel de la cultura nacional, lo que se ratificó al año siguiente, con el Premio a la Mejor obra literaria, en la categoría Ensayo, otorgado por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura. Sin duda, un libro que trazó miles de caminos. Luego, por mano de historiadores y cientistas sociales mapuche, vendrían otros hitos que iban a hablarnos del poderoso proceso de descolonización intelectual mapuche, como ¡...Escucha, winka...! (historiografía mapuche, el 2006) o Autodeterminación (ideas políticas mapuche, el 2013), pero fue un poeta azul el primero en abrir mil puertas y ventanas sobre el muro mental de la dominación que separaba a chilenos y mapuche.